Mi fiesta de cumplemeses |
Nunca pensé que cumplir meses
fuese tan divertido. Menudo fiestón se montó en el Palacio Oncetartessos aquella
tarde de sábado. No sólo celebrábamos que hacía un mes que nos habíamos
despegado físicamente de la mami sino que también fue el primer día que
salíamos a cielo abierto. Aquel día estaba soleado y yo, con mis ojitos recién
abiertos, no hacía más que ver destellos por todos lados. Pero me gustó, fue una
experiencia irrepetible y supe que el mundo sería algún día mío, yo estaba
hecho para estar ahí fuera.
Manu montó un escenario precioso,
cómo no, la sesión fotográfica era condición sine qua non para poder dar un paso en aquella casa. Ahora ya podía
ver dónde se colocaba con la cámara, darme cuenta de qué ángulo prefería el
fotógrafo y posar como un auténtico modelo. La verdad es que cada vez lo hago
mejor: mejoro mis posturas, miradas y técnica en general. Soy toda una
estrellita canina.
El ambiente era lo más parecido a Disneyland Paris: globos,
gorritos, guirnaldas, música, colores para mis retinas, texturas nuevas para
las almohadillas de mis patitas y, no podía faltar, una deliciosa galletita que
Carmen nos preparó y donde colocamos la vela “1”. Qué emoción. No nos atrevimos
a encenderla por eso de que estamos en verano y no fuera a ser que provocáramos
un accidente forestal, que están las cosas bastante regular por aquí en
Sevilla.
Estuvimos un buen rato de
celebraciones. Yo no hice más que respirar y empaparme de olores nuevos, chupar
aquel suculento dulce primerizo para mi paladar y disfrutar del momento con todos
aquellos que nos acompañaban y no hacían más que cantarnos “Cumplemeses feliz,
cumplemeses feliz…”, cuidarnos para que no diéramos ningún tropezón o nos
atragantáramos de la alegría. Sus risas y comentarios denotaban gran cariño por
nosotros y unos planes muy interesantes para nuestro futuro cercano.
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